¿Y si me rindo?

pensando1En esta entrada, si me lo permites, voy a hablar de mí de forma directa. Ya sabes que, ni en este ni en el anterior proyecto/blog, no suelo hacerlo. Sin embargo en esta ocasión creo que puede resultar útil. Hace unas semanas, en una conversación con uno de mis clientes, me comentaba medio en broma y medio en serio que suponía que yo no cometería errores, ni me dejaría engañar por mis creencias, que todo sería felicidad y que nada malo/negativo sucedería en mi vida. La respuesta es evidente ¿no?: claro que me equivoco, cometo errores y discuto. Claro que hay «cosas» «malas» que suceden en mi vida normal y corriente. Sirva como muestra este botón

Llevo años persiguiendo un objetivo y el pasado curso lo alcance en una de sus posibilidades: trabajar como docente en la universidad. En mi caso accedí a una plaza de profesor asociado, no renovable y de un año de duración. Esto significaba que al llegar el final del curso la plaza volvería a salir convocada para asociado o algún otro tipo de profesor a diferencia de lo que sucede con la mayoría de plazas de asociados que se convocan que suelen prorrogarse durante cuatro años.

Para llegar a ese momento había completado anteriormente mi diplomatura, la licenciatura, el DEA, la tesina, el doctorado y, por último, la lectura y defensa de mi tesis doctoral. Todo ello con las mejores calificaciones posibles. Esto no es suficiente. Todos estos años he trabajado jornada completa en mi trabajo «principal» y más jornadas en mis proyectos. Además he buscado y aprovechado todas las posibilidades para acceder a experiencias profesionales como docente. Esto tampoco es suficiente. He diseñado e implementado diseños de investigación, que después han sido presentados en congresos internacionales y han dado lugar a publicaciones en revistas científicas de impacto. Tampoco es del todo suficiente. Hay que formarse de forma continua, manejar y demostrar que manejas el inglés (título de la escuela de idiomas). Con «suerte» el curso pasado fui yo el elegido para experimentar y vivir esta experiencia: me encantó. Ahora también tengo un año de experiencia en el ámbito de la docencia universitaria calificado y evaluado por los alumnos de manera sobresaliente. Suena bien ¿verdad?. Pues no tanto.

Este año no he sido yo el seleccionado para desarrollar la docencia en la misma plaza del año pasado (de nuevo no renovable). La persona elegida obtiene, obviamente, una puntuación mejor y presenta un curriculum mejor y/o más adecuado para la plaza objeto del concurso. Ante este escenario y contexto asoman ante mi serias dudas ante lo que estoy haciendo y la idea de abandono o rendición toman mucha fuerza.

¿Qué sucede si me rindo y abandono? ¿Habrá sido todo para nada? ¿habré tirado todo el tiempo y esfuerzo por la borda?. Sinceramente, para mí abandonar un proyecto, rendirse o dejar algo si es una opción, incluso alcanzando el objetivo. Tengo (tienes) todo el derecho a cambiar de opinión, a dejar o comenzar lo que consideres más adecuado. No, no estoy obligado ni encadenado a nada y mucho menos a perseguir un imposible (que no digo que sea este el caso). Contestando a las preguntas: no sucede nada si me rindo o abandono y tengo mis motivos para tomar esta opción. Tampoco sucederá la destrucción de mi mundo si una vez alcanzado mi objetivo compruebo que no es para mí y decirlo dejarlo. No habrá sido todo para nada, dado que he aprendido y durante todo el proceso he disfrutado y realizado acciones que me gustan, motivan y atraen. Disfruto diseñando procesos de investigación, aprendo asistiendo a reuniones científicas, me gusta escribir, divulgar y contar. Gracias a todo esto he vivido una experiencia maravillosa durante todo un año. Así que no, no he tirado ni tiempo ni esfuerzo a ningún sitio. Simplemente ahora me planteo si estoy en posición de, realmente, alcanzar mi objetivo si me empeño en mantener este objetivo en mi horizonte.

No tengo una respuesta a esta cuestión (al menos no en este momento). Lo que sí tengo es una decisión y un cambio en el enfoque de todo esto. No sé si volveré a la Universidad o no (también he visto cosas que me han gustado nada o casi nada: relaciones de poder de dudosa ética, favoritismos, luchas deshonestas, diferencias de trato, clases sociales y discriminación vinculadas con el tipo de contrato). Lo que sí sé es que volver no será el objetivo sino la consecuencia «natural» de mis objetivos y su consecución, el resultado de hacer lo que sí que está en mi mano. No voy a dejar de investigar, formarme y/o escribir porque me apasiona y lo necesito para sentirme pleno y feliz. No voy a dejar de trabajar porque me encanta mi trabajo, disfruto y además me pagan por ello. No voy a dejar de fijarme metas porque me ayuda, me orienta y me permite saber a donde voy, porqué y para qué voy. No voy a dejar de hacer lo que quiero hacer, sea lo que sea eso que quiera en cada momento.

3 comentarios

  1. Hola Raúl,
    Sigo leyendo sin perderme una entrada tuya. Además de compartirlas con personas afín a mi, donde surgen debates y conclusiones tan importantes como las que hemos visto en clase.
    A la cuestión que has dejado abierta en esta entrada yo tampoco tengo la respuesta, y es perfectamente comprensible que tú tampoco la tengas (ahora).
    Pero si que me gustaría aportar un feedback de todo lo que nos regalaste en tus clases.
    Y es que aunque las encuestas que hemos rellenado te hayan dado un resultado inmejorable y muy merecido, se quedan cortos los números para expresar todo lo que nos has aportado.
    Lo que más valoro de la docencia es que sepan avivar la curiosidad, que puedan entrar en lo personal para que cada uno aprenda a cuestionarse y a formularse sus metas y sus objetivos.
    Y tú eres uno de los pocos profesores que no solo ha invertido tiempo y esfuerzo en ese enfoque, sino que has arrasado muchas cosas/conceptos/enfoques… Que yo tenía como inamovibles
    Y lo que es más importante, he empezado a entender el proceso de aprendizaje como algo natural, personal, algo interior. Algo que no acaba nunca,ni siquiera cuando has alcanzado de forma efímera uno de tus objetivos.
    Porque que te sientas/estés abatido, no significa que lo seas.
    Muchas gracias por todo Raúl! Y mucho ánimo! Ha sido un verdadero placer.

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    • Muchas gracias Marta: por tu tiempo, por tus palabras, por ser y estar. Ha sido (es y será) un place tener ocasión de compartir contenidos a lo largo de todo el curso pasado, y seguro que lo será en próximas ocasiones, sea donde sea que coincidamos.

      Al final supongo que no es más que un cambio en el foco, en la atención, y esto será (si es que alguna vez lo es) la consecuencia lógica y natural de mis actos y decisiones. Leyendo tu comentario me volvía a preguntar ¿y por qué no ha sido? ¿por qué? simple: hay alguien mejor que yo para ese puesto. Las preguntas ahora tal vez sean si hay algo que pueda hacer, y en caso afirmativo, si quiero hacerlo.

      Un abrazo enorme.

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      • Quizá la respuesta no sea que hay alguien mejor, sino que hay algo mejor para ti! Nadie ha perdido aquí, te has encargado de que ganemos todos! Así que busca ese foco de Ganar-ganar 🙂
        Mucho ánimo, Raúl.
        Y sí, coincidiremos!
        Un abrazo enorme, para ti y para Alma! 😀

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